CAPÍTULO V
ENROQUE LARGO CONTRA ENROQUE CORTO
Hemos hablado de una familia de ataques sobre el enroque corto. Este es un tema de tan alto interés y de tanto poder de atracción para el aficionado que lo desmenuzaremos más adelante en varios de sus aspectos. Ahora nos ocuparemos del ataque y contraataque. Observaremos un doble duelo sobre ambos enroques: el corto y el largo, y veremos cómo, por la mayor debilidad natural de este último, triunfa generalmente quien se ha situado con el monarca en el ala rey. Pero antes es justo que detallemos por qué causas es más débil el enroque largo. La razón es simple: cuando el rey se coloca en el ala dama, tiene una mayor extensión de puntos vulnerables: c2 (c7), b2 (b7) y a2 (a7). Además es una invitación a que se le plantee un ataque, pues no hay jugador, por mediocre que sea, que no intente llevar a cabo una ofensiva cuando el adversario se coloca con su rey en ese sector del tablero. La mayor cantidad de líneas por donde el rey puede ser atacado hace que generalmente se abra alguna columna sobre el mismo por medio de los avances de peones, y de esta suerte los riesgos son mucho mayores.
DOS TÁCTICAS BIEN DEFINIDAS
Queda, pues, sin desearlo, sentada una estrategia, y es que quien ataca debe buscar el cambio de los peones de esa zona para abrir columnas sobre el rey, y que, por lógica consecuencia, quien se defiende en todos los ataques sobre el enroque debe tratar de evitar esos cambios; bloquear la situación con sus propios peones. De esta manera las piezas enemigas, especialmente las torres, no tienen acción. ¿Y cómo se logra esto? Es muy fácil decir lo que se debe hacer, ha de opinar más de un lector, pero lo que hay que decir es cómo se debe hacer. Y en verdad que esto es más difícil, pues entra en el terreno de la técnica del jugador; pero, a pesar de ello, hay algún principio fundamental que permitirá al aficionado bisoño, y aun al que no siéndolo es un despreocupado por la técnica, facilitar su tarea mental.
ALGUNAS REGLAS FIJAS
El jugador que defiende un enroque, hemos dicho, no debe avanzar los peones del enroque. El jugador que se defiende, agregamos ahora, nunca debe provocar con sus peones a un peón enemigo, salvo en posiciones especiales; pero esto sólo es bueno cuando hay tanto número de piezas que defienden como las que atacan, y cuando los propios peones encierran a las propias fuerzas. Al abrir el juego el bando defensor puede, a menudo, contraatacar en la zona atacada. Pero esto es muy poco usual. Lo que sucede generalmente es que quien ataca, mejor dicho quien ataca bien, lo hace porque posee mayor número de efectivos que el adverario en ese sector. Pero, dirá el aficionado, no es posible evitar que el adversario nos provoque. Mas, agregamos nosotros, en ese caso le queda a uno la opción de aceptar la provocación cambiando peones y abriendo columnas, o rehuirla avanzando el peón atacado y comenzando a bloquear el juego. En síntesis: el bloqueo se logra siempre cuando el que es atacado por medio de peones avanza sus peones agredidos, evitando que éstos puedan volver a ser cambiados. De lo que resulta que el ataque es simplemente un problema táctico, fácil de resolver favorablemente, siempre para quien sabe valorar de la justa manera cuándo las posibilidades de ganar espacio justifican el sacrificio, pues las posiciones de bloqueo se deshacen sólo por medio de la entrega de material.
UN BUEN EJEMPLO
Sobre este tema ya veremos ejemplos expresivos en otra oportunidad. Ahora lo reduciremos a una lucha entre un enroque largo y un enroque corto, y veremos de qué magnífica manera el maestro Nimzovich, aparentemente en una posición perdida, contraataca y, mediante el sacrificio de varias piezas, abre brechas en el juego enemigo. Nimzowitsch,A - Fluss,G 1-0
[Event "Zurich"]
[Site "?"]
[Date "1906.??.??"]
[Round "?"]
[White "Nimzowitsch, Aaron"]
[Black "Fluss, G."]
[Result "1-0"]
[ECO "C12"]
[Annotator "R. Grau"]
[PlyCount "37"]
[EventDate "1906.??.??"]
{CAPÍTULO V ENROQUE LARGO CONTRA ENROQUE CORTO Hemos hablado de una
familia de ataques sobre el enroque corto. Este es un tema de tan alto
interés y de tanto poder de atracción para el aficionado que lo
desmenuzaremos más adelante en varios de sus aspectos. Ahora nos ocuparemos
del ataque y contraataque. Observaremos un doble duelo sobre ambos enroques:
el corto y el largo, y veremos cómo, por la mayor debilidad natural de este
último, triunfa generalmente quien se ha situado con el monarca en el ala rey.
Pero antes es justo que detallemos por qué causas es más débil el enroque
largo. La razón es simple: cuando el rey se coloca en el ala dama, tiene una
mayor extensión de puntos vulnerables: c2 (c7), b2 (b7) y a2 (a7). Además es
una invitación a que se le plantee un ataque, pues no hay jugador, por
mediocre que sea, que no intente llevar a cabo una ofensiva cuando el
adversario se coloca con su rey en ese sector del tablero. La mayor cantidad
de líneas por donde el rey puede ser atacado hace que generalmente se abra
alguna columna sobre el mismo por medio de los avances de peones, y de esta
suerte los riesgos son mucho mayores. DOS TÁCTICAS BIEN DEFINIDAS Queda,
pues, sin desearlo, sentada una estrategia, y es que quien ataca debe buscar
el cambio de los peones de esa zona para abrir columnas sobre el rey, y que,
por lógica consecuencia, quien se defiende en todos los ataques sobre el
enroque debe tratar de evitar esos cambios; bloquear la situación con sus
propios peones. De esta manera las piezas enemigas, especialmente las torres,
no tienen acción. ¿Y cómo se logra esto? Es muy fácil decir lo que se debe
hacer, ha de opinar más de un lector, pero lo que hay que decir es cómo se
debe hacer. Y en verdad que esto es más difícil, pues entra en el terreno de
la técnica del jugador; pero, a pesar de ello, hay algún principio
fundamental que permitirá al aficionado bisoño, y aun al que no siéndolo es
un despreocupado por la técnica, facilitar su tarea mental. ALGUNAS
REGLAS FIJAS El jugador que defiende un enroque, hemos dicho, no debe
avanzar los peones del enroque. El jugador que se defiende, agregamos ahora,
nunca debe provocar con sus peones a un peón enemigo, salvo en posiciones
especiales; pero esto sólo es bueno cuando hay tanto número de piezas que
defienden como las que atacan, y cuando los propios peones encierran a las
propias fuerzas. Al abrir el juego el bando defensor puede, a menudo,
contraatacar en la zona atacada. Pero esto es muy poco usual. Lo que sucede
generalmente es que quien ataca, mejor dicho quien ataca bien, lo hace porque
posee mayor número de efectivos que el adverario en ese sector. Pero, dirá
el aficionado, no es posible evitar que el adversario nos provoque. Mas,
agregamos nosotros, en ese caso le queda a uno la opción de aceptar la
provocación cambiando peones y abriendo columnas, o rehuirla avanzando el
peón atacado y comenzando a bloquear el juego. En síntesis: el bloqueo se
logra siempre cuando el que es atacado por medio de peones avanza sus peones
agredidos, evitando que éstos puedan volver a ser cambiados. De lo que
resulta que el ataque es simplemente un problema táctico, fácil de resolver
favorablemente, siempre para quien sabe valorar de la justa manera cuándo las
posibilidades de ganar espacio justifican el sacrificio, pues las posiciones
de bloqueo se deshacen sólo por medio de la entrega de material. UN BUEN
EJEMPLO Sobre este tema ya veremos ejemplos expresivos en otra oportunidad.
Ahora lo reduciremos a una lucha entre un enroque largo y un enroque corto, y
veremos de qué magnífica manera el maestro Nimzovich, aparentemente en una
posición perdida, contraataca y, mediante el sacrificio de varias piezas,
abre brechas en el juego enemigo. Nimzowitsch,A - Fluss,G 1-0} 1. e4 e6 2. d4
d5 3. Nc3 Nf6 4. Bg5 Bb4 {Esta jugada da lugar a la variante McCutcheon de la
Defensa Francesa. Es una línea de juego peligrosa y de contragolpe. El negro,
en lugar de resignarse a defender su posición y neutralizar la acción de las
fuerzas adversarias, opta por buscar la solución estratégica del planteo en el
contraataque. El blanco a defendido el peón e4 al clavar el caballo, y el
negro fija a su vez el caballo dama enemigo y lo anula como pieza de acción
central. Una verdadera lucha por el dominio de los cuatro cuadrados centrales
(e4,e5,d4,d5) por procedimientos indirectos.} 5. exd5 ({Más enérgica parece
ser la jugada} 5. e5 {que tiene la doble virtud de limitar el campo de
réplicas enemigo, ya que ataca el caballo y éste sólo puede ser defendido
mediante} h6 {que amenaza al alfil y no permite que el alfil dama negro entre
a jugar. Pero la del texto no crea, en cambio, una rígida cadena de peones en
el centro (d4, e5), cuyos eslabones serían fáciles de vulnerar oportunamente
por las negras mediante c5 y f6.}) {EN BUSCA DEL DESEQUILIBRIO} 5... Qxd5 ({
Es probablemente mejor} 5... exd5 {, pero el negro prefiere las posiciones
desequilibradas como se denomina a todas las que se caracterizan por existir
una línea abierta para cada jugador. De cambiarse los peones quedaría sólo
abierta la columna rey y cada adversario acumularía en ella fuerzas con un
posible resultado de tablas, pues por esa vía se suele producir la
simplificación.}) {Al rehuir el cambio, queda a disposición de las blancas
parte de la columna "e", y de las negras parte de la columna "d". Las piezas
no se cambian y el juego por esa causa, se hace más difícil.} 6. Bxf6 gxf6 {
Ya se ha abierto una columna sobre el ala rey, lo que, si bien impide a las
negras enrocarse en ese sector, hace temerario el enroque de las blancas por
la facilidad que tiene la torre adversaria para atacar el punto g2.} 7. Nf3 Nc6
8. Be2 Bd7 {EL DUELO A MUERTE} 9. O-O $5 {Provocando un duelo a muerte, las
blancas buscan el ataque, porque saben que el adversario no podrá llevar a
efecto el ataque sin enrocarse largo y están dispuestas a contraatacar en ese
sector.} Bxc3 10. bxc3 Rg8 11. c4 Qh5 12. d5 $1 {La lucha se ha complicado y
las negras tratan de abrir la posición central, deseosas de averiguar si es
verdad aquello de que no es posible atacar en un flanco mientras el centro se
halle inseguro. Principio de estrategia ajedrecístico y militar que ha
resistido todas las experiencias.} O-O-O {Poniendo el rey en seguridad...} 13.
Nd4 ({Si} 13. dxc6 Bxc6 {se mueve la dama, Axf3, etcétera.}) {LA NECESIDAD DE
SER DESCONFIADO} 13... Qh3 14. g3 Rg6 {Esto es un error que tiene su origen en
el defecto de dejarse arrastrar por las jugadas "naturales". En ajedrez hay
que desconfiar de la primera impresión y esta partida es un índice de esto.
Obsérvese la aparente razón de esta movida, pues todo parace indicar que las
blancas estarán perdidas después de la jugada ..., Th6 de las negras; pero
Nimzovich ha visto más lejos, y mediante una magnífica combinación destruirá
las ilusiones de su adversario.} 15. dxc6 $1 Bxc6 16. Nxc6 $3 {El sacrificio
ganador, que a costa de la dama quita al rey una columna de posible huida.}
Rxd1 17. Rfxd1 bxc6 {Y ahora parecería que las blancas están perdidas, pero la
apertura de esta nueva columna coloca al rey en una posición de mate. La
jugada que sigue es realmente de problema.} 18. c5 $1 Rg8 {Evitando el mate en
dos, pero...} 19. Rab1 {y lo mismo se produce. La amenaza de Aa6++ es
imparable.} 1-0
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